Hoy en la tarde mientras manejaba de regreso a casa, después de estar despierto desde las 4am y de haber manejado casi 5 horas para participar en una actividad de mi Club, donde llevamos kits portátiles de filtros de agua a más de 60 familias de una comunidad de mi provincia, aprovechaba la energía del momento para meditar sobre mi Momento Rotario, ese espacio de tiempo que, según cuentan los más experimentados del club, ocurre en algún momento de tu vida Rotaria y que es en donde realmente te das cuenta que naciste para esto.
Muchos de los que intentan el rotarismo demoran tanto en encontrar este momento, que terminan abandonando la organización. Pensaba entonces en la suerte que tuve, de que este momento llegó muy rápido en mi todavía corto camino Rotario.
Tenía apenas unas semanas de haber ingresado al Club y me asignaron organizar la celebración anual del Día del Niño en un Centro de Custodia Infantil donde el Club forma parte de la Junta Directiva. Durante la actividad, mientras pintábamos y nos divertíamos con los niños, observé a un niño que estaba separado del grupo, estaba sentado en una esquina y con cara triste, era el mas pequeño de todos, calculé que podría tener alrededor de 2 años.
Conversé con una de las encargadas del Centro y me comentó que el niño era un poco mayor, tenía problemas de lenguaje y que no le gustaba relacionarse con los demás. Tomé algunas paginas para pintar, unos crayones y me acerqué a él. Al inicio me costó un poco, pero poco a poco se fue animando, tomó los crayones y empezó a pintar. En ese momento su rostro cambió por completo, con cada línea de color que trazaba en el papel, me miraba y, aunque no hablaba, sus ojos transmitían una felicidad tan profunda que todavía me alegran cada vez que lo recuerdo.
Nunca se lo había comentado a nadie antes, fue tan pronto que pasó en mi tiempo como Rotario, que siempre he tenido la duda si realmente ese fue Mi Momento Rotario.
Desde entonces, siempre que regreso a casa después de participar en alguna actividad de servicio, reflexiono si algo de lo que acabo de vivir en la actividad del día puede superar aquel momento. Han pasado algunos años y creo que definitivamente ese fue el momento que marcó para siempre el logo de Rotary en mi corazón.
Como próximo presidente de mi Club, estoy convencido de la importancia que tiene retener a los socios nuevos y que como encargados del club tenemos que promover las condiciones para que estos socios encuentren «su momento» lo mas rápido posible y consolidar así su permanencia en el Club.
Creo que ayudaría mucho en este sentido, si se pudiera coordinar el ingreso de nuevos socio, algunas semanas antes de la ejecución de alguna actividad de servicio, para que ellos puedan participar y vivir el resultado de nuestro trabajo, o mejor, si se pueden invitar a participar como voluntarios de alguna actividad, desde antes de hacerles la invitación formal al club, quizás alguno encuentre su momento antes de ser socio oficial del club.